jueves, 30 de diciembre de 2010

T.S.1983 la fiesta

Arte de vida para el bastardo (imago mundi), el serenísimo poema de Elqui Burgos, lo he visto en un blog limeño. Lo que me hace pensar en que por aquel entonces ni por el forro se nos hubiera ocurrido la existencia de internet y, menos, el funcionamiento de los blogs.  Luis Maristany quien curaba de las obras  completas de Luis Cernuda, era un gran entusiasta de T.S. Le gustábamos los latinoamericanos y lo que hiciéramos en la Barcelona posterior a la calle Tusset. Contaba  que de niño su madre repetía que se irían a la Argentina a vivir. No se fueron nunca. Su muerte nos golpeó en la cara a todos.
El gran poeta secreto fue Enrique Hegewicz seudónimo de Enrique Murillo y Sol su mujer. Hoy es el mandamás de varias editoriales barcelonesas al mismo tiempo mientras Dánae teje el tiempo dorado sobre el Nilo. De Armando Rojas diré que me gustaba el formato y el tono leve de su revista Altaforte, era un escorpión callado por riguroso, siempre daba la impresión de que sabía lo que hacía. Carlos Trias fue mi gran amigo desde los días de la Crónica en Lima, cuando Mirko Lauer nos presentara alborozado. Su obra todavía está por conocerse en el Perú.






La fiesta de presentación de T.S. en el Bar Astória de Barcelona fue sencillamente un reventón. Osvaldo Lamborguini iba ataviado de héroe romántico, con chaqueta de pana oscura y calcetines rayados en horizontal. Hanna, su mujer, y Edith la mujer de Toni Marí bebían cerveza como buenas alemanas. Por todo lado se escuchaba acento porteño de agentes literarias y sus autores necesarios, que Lamborguini detestaba.  Gonzalo Herralde que había terminado su película respiraba felíz al lado de Clarita, su novia de entonces. Silvia Gubern miraba de las escaleras el ingreso de Jordi Herralde y Lali, su hermana. Beatríz de Moura apareció con Juan Marsé, Muñoz Suay, y García Berlanga. La tarde se presentaba como una de toros hasta que hicieron su aparición Vigil, Vila-Matas y Paula Massot, el trío perfecto con su cuidado Martínez de Pisón. Helena Usandizaga se reía de Ramón de España el exagerao.
Cristina Fernández Cubas era el centro de la fiesta. Era admirada por Carlos que  había invitado a sus amigotes Fernandez de Castro y Felix de Asúa. Tiempo después Felix escribió un desmesurado artículo inspirado en la forma de barco del Astória, se llamaba Barcelona es el Titánic.

T.S.1983

El nombre de la revista surgió de un Libro de Cesar Moro en ediciones Tigrondine que André Coyné me había regalado en Lisboa  años antes. Le Cheval Oriental, que Helena Usandizaga traduce en este número es la más certera traducción que yo conozca de esos poemas. Moro no hablaba tan bien el francés como lo escribía, según me refería Coyné. Tiempo después Américo Ferrari me confirmó lo dicho. Lo cierto es que el nombre de esa plaza de Londres y del libro de Moro se abrió paso en esta revista de poesía y ficción.


El diseño gráfico partió de una idea sencilla del arquitecto mexicano Luis Flores. En la página 52 Patrick Rosas Ribeiro escribió: "La revolución pasa por aquí, aunque yo no sea capaz de llevar adelante una acción organizada, política, para la cual se necesita una capacidad de concentración de la energía vital que al menos hoy no tengo, la revolución pasa por aquí y es nuestra única verdadera esperanza, a la que yo le aporto la energía de estas palabras, cuyo único mérito sea quizás mostrarme desprovisto de máscaras, de afeites, de pasitos de baile.

T.S.1983

Por aquella época pasaban por el Astoria gente como Italo Calvino o José Bianco porque les habian dicho
que allí oficiaban felinamente los miembros de una estirpe literaria en vías de extinción. Todo era a medias cierto: bebíamos con Lamborghini y Hanna y Helena. Vigil,Vila-Matas y Paula eran el trío perfecto. Oscar Collazos presumía como siempre. Pero los infaltables delanteros eran Carlos Trias y Cristina Fernández que vivían en Balmes a cien metros del Astoria. Se entiende que alrededor de ellos todos nos sintiéramos cómodos cuando terminábamos la juerga en su casa. 
V.H.

Trafalgar 1983

 La historia del primer número de T.S. comienza cuando con E. Vila-Matas y José Luis Vigil nos acercamos al señor Laertes en la calle Montseny  para proponerle la revista. Por entonces Vigil era el asesor literario de Laertes Y tenía cierta infuencia en la editorial. Pronto nos dimos cuenta que nos costaría a nosotros la edición. Así como que estaríamos bajo la atenta mirada comercial del señor Laertes. Para Vladimir Herrera era fundamental publicar como fuere el material reunido hasta entonces en la barra del Bar Astória. Era como caminar por las editoriales de Barcelona con una bomba bajo el brazo. Pronto se nos conocería como la gente de Trafalgar.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Para Vila-Matas

Como Vila-Matas y Paula  no han tenido la gracia y la fortuna de venir al Perú, aunque es verdad que llegaron hasta Lima. Gonzalo Herralde ha tenido el atrevimiento de adelantárseles. Esta foto la disparó Luisa Casas. La juventud todavía está en esta ribera y, resiste.
V.H.

martes, 28 de diciembre de 2010








































Sin duda, estos poemas de Maria Emilia Cornejo son lo mejor de este número de Eros. Recientemente se han tejido una serie de telarañas acerca de ellos con las que se terminó enturbiando la imagen de José Rosas Ribeyro y de Elqui Burgos, para mi poetas fuera de toda sospecha. Cosas de la inopia limeña.
V.H.








































Este cuadernillo que en su día publicara Issac Rupay ha superado el paso del tiempo. Nótese la presencia de José Tang en la diagramación. Nótese la figuración de Santiago Lopez Maguiña en su calidad de poeta. Vladimir Herrera nunca publicó Misa de Negros, libro que perdió en el Chino chino.
Enrique Verástegui nunca publicó un libro en Barcelona. Pero lo que es principalmente notable es que en nigún momento se menciona a Hora Zero. Dónde estaban? ¿Dónde estábamos?. Lo cierto es que el homenaje a María Emilia Cornejo salió bonito. Pronto postearemos los poemas.
V.H.

Ccoyllururmana

Imagina que Brecht y Churata se encuentran al borde de la Laguna  Ccoyllururmana. Imagina que hablan un idioma tan antiguo como el sánscrito. Una especie de quechua tupí ribeteado de piro. Pero no hablan del infierno, sino de Alfredo Torero, del cielo picante del idioma del sol del Perú.
V.H.

la creació

"La creació", 1991, de Silvia Gubern se publicó en el catálogo del Centre d´Art Santa mónica el año 1995, en Barcelona. Con el tiempo su lectura es ya de caracter iconográfico. La imagen se desviste para mostrar el icono.
V.H.

DECIRES DEL DESEO LEZAMA

                       A Miriam de Maeztu, sagitario.


El cielo pulcro sobre la diamantina, la mar untuosa
Vana para los ojos honorados, el dicho del cielo pleno
De una rosa copiada en su esfera manida, su celosa.


La mar vagorosa de faldas en lejanías frutecida,
No recobrada a la hora de las izadas iras de amor,
No sombra repelida por la gracia o la materia fina
O la por fin trocada de corazones agua binaria
Del gesto encalado.         Estilo de Arquero, sí, tesón,
Arrechura envenenada. Y para acabar con la risa,
Tu oscuro cuerpo de señora enfrentándose a los vellos
De estas que son manadas, recuentos de un solo desconsuelo,
Y artes del instrumento que son hechizos
De la flama erecta para el mejor lector del hígado etrusco
Bajo la luna elefantina de los restos y la retórica
Del mar con sus arenas locas su lustre y sus envelados.


Sagitario friolento acomodado en su ballestera, moderno
En los usos, y el los sudores del vellocino malcriado
Verboso lerdo que apunta al mar su flecha enmielada,
Sólo su cola se salva en rigor de la cuaderna vía,
Retruécanos de aspirar suntuoso poesía para el revuelo,
Talidad,  omnímodo hueso, criatura perenne en la marquesina.




Vladimir Herrera. Del Verano Inculto,  Taberna de Cimbeles,
Valencia, España. Año 1980.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Voces

Laguna brechtiana es el tiempo aparecido, "la cantidad hechizada" del comienzo, el sainete adormecido como en una casa de muñecas al borde un lago. Recuerdos de Valle de Briago, de México en los ochentas. De Paris en los setentas. De Barcelona siempre, toda la vida. Poemas que me gasté. Y lo bailao que no se me quita. Brecht y los amores de Brecht . Como hubiera deseado los míos: de mirada alegre. Laguna al fin y al cabo como la de Urcos, ahora, en el Perú, con su teatrín cromado de los ecos. Salobre Constanza.