miércoles, 18 de julio de 2012

ESPLÉNDIDA IRACUNDIA. UNA ANTOLOGÍA FASTIDIOSA.



Abelardo Oquendo le llama  Antología Fastidiosa  a esta hecha por López Degregori, Chueca, Güich y Susti. Lo cierto es que por fin salió a la calle a qué sino a trajinar. Lo que hacen todas las antologías que a parte de inconclusas y arbitrarias nos sirven para entonar el himno de la Naranja Mecánica  al mismo tiempo que nos depositan en un tiempo benevolente, emocionándonos con una época o un clima o una manera de hacer poesía, digo. A los que por un azar llegamos a formar parte de esta u otra antología nos invade la iracundia de una generación, la propia, que a regañadientes se ve retratada, junto a otras, jóvenes aún aunque prontas al climaterio. Y es que cuarenta años de poesía cualquiera quisiera volver a tenerlos. Veinte años no son nada y diez menos. Antología fastidiosa le llama Oquendo porque intuye que a parte de la cola que ya trae, vendrá con ella el vendaval y la carraspera de los poetas que como decía Vallejo no nacen ni mueren (son los más). Lo importante es que el libro como tal esté allí, publicado y bien publicado, y que además sirva para ir poniendo las cosas en su lugar.
Vladimir Herrera.




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