jueves, 30 de agosto de 2012

GRAN COLETTI, V.H. Y LA CHOLITA USANDIZAGA EN EL CALLAO.

 Pasamos una tarde inolvidable en algún sitio de Chucuito embebidos por las cervezas de mi sobrino Coletti. Extrañamente el mar parecía una plantación de girasoles colorados. Tiempo después encontré este texto del que se revela como el mayor escritor de puño y letra  del puerto:
ITALIANOS EN CHUCUITO.
El abuelo manoseaba un juguete particular mientras me hablaba, "un teléfono para buzos" ,así lo llamaba él, pero sólo era un cordel de pescar que conectaba dos vasos comunicantes de tecnopor. Nos detuvimos "en seco" frente a la puerta del Edificio Ronald, que en su pasaje de mármol exhibe una galería de bustos de los genios de la humanidad. El abuelo liaba un cigarro fino y con su famosa boina nos adentraba hacia el Callao antiguo, lateando fresco, desarreglado, hacia su famosa esquina de Constitución y Libertad, donde nos permitió degustar de la galantería de sus piropos, (mal llamados por las gevas "cumplidos") poniendo en práctica su "experimento sonoro".
-Usted quédese aquí mientras yo doy la vuelta  a la esquina y le hablo, y cuando lanzaba uno, yo veía llegar el verso, ondulando por el hilo hasta mi oreja.
Antes hizo un aspaviento, nos movió las manos y todo el esqueleto de pescado, luego empezó a rezarnos esos piropos que lo inmortalizarían por esas casas de madera de la Playa de la Ribera:
-"Quién fuera lágrima, para nacer en tus ojos y morir en tu boca?..."
(M.C.)

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