jueves, 20 de septiembre de 2012

ESPAÑOLA JULIA CASTILLO Y LOS 7 MOVIMIENTOS.


Vladimir Herrera compuso y tiró a mano para Editorial Auqui los ejemplares de 7 movimientos de Julia Castillo, en su taller de la Calle Madrazo, y Montse Badell se ocupó de la encuadernación.  Nunca como antes la tipografía y la encuadernación artesanales estuvieron a la altura de la buena Poesía. Este artículo de Fernández Alba encontrado por azar  cobra inusitada luz cuando  ya el recuerdo de una noche de presentaciónes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid se va tornando borroso como un tranvía de color sepia que se aleja.

ENSEÑANZAS.
Antonio Fernández Alba.

Con bastante precisión se suele confinar al poeta junto a los territorios  donde predomina el concepto de tiempo, de la misma manera que el artista ha de conquistar  aquellos lugares que corresponden al espacio. El tiempo, efectivamente es dominio sustantivo del poeta. El espacio ámbito adjetivado del artista. Julia Castillo en 7 movimientos , como lo hiciera en Demanda de Cartago (1978) nos invita a revisitar los tiempos sedimentados en la noche de la historia urbana. Fue la ciudad antes “urbis” que “civitas”. Tiempo en el residir del ser, antes que espacio para el habitar del hombre, porque la realidad de lo que denominamos ciudad se manifiesta como sensaciones sustantivadas extraídas de los itinerarios que anidan en la memoria. Proust lo ha dicho mejor: “Lo que llamamos realidad es una relación entre aquellas sensaciones y aquellas memorias que nos rodean simultáneamente”.
Julia Castillo nos representa en estos 7movimientos aquella ciudad edificada  más en lla topografía de la “razón mítica” que postula el poeta que en la planimetría de las razones técnicas que ordena el arquitecto.
Aquí fue Troya/  viste yerba/mayor/ Sansón y duda”
Sí el tiempo es dominio sustantivo del poeta.
Poderosa/la puerta/ dio a sus olas/que tierna/la ancha boca/ de perlas,/el corazón.”
Julia Castillo en este monólogo interior de recuerdo poetizado  nos redescubre la imagen de la ciudad desde una metamorfosis de la ruina. Pero hemos dicho imagen  y sería más preciso incorporar los axiomas de la metáfora. Sólo la ciudad puede surgir en el entorno metafórico , de la misma manera que el símbolo se perpetua  una vez localizados los lugares para ejercitar el rito.
Aquí, allí, ahí , una ciudad en busca del mito, ideada aquí desde la metáfora, formalizada allí desde el símbolo. Ciudad allí tomada y destruida, tiempo de batalla para la contienda de los dioses. Metáfora y símbolo….largas sombras, naves negras, ausencia de olas, el campo desdichado cuando llega el estío, hierba y rosas en ausencia de perlas, el viento como llanto, el desierto en la lejanía. En la penumbra Homero, con el poeta sale el sol y pacen curiosos árboles y raíces. Rebelde el amor, también allí en Troya la airada, El tiempo, la anciana que abraza el mar. ¿Acaso Troya no son siete ciudades?, siete cantos, 7 movimientos y en la quilla de la nave Helena.
“colgarás/ hierba y rosas/ más subidas/enfermedades/furiosa envidia/la sangre/la quilla/ dígalas,/ tu navecilla:/ presto la conocerás.”
La idea de simultaneidad la evoca Julia Castillo en los 7 movimientos que construyen el poema, logrando convertir el recuerdo en relato mítico, transfigurando un pasado que se cree existió y permanece adormecido en las marismas del recuerdo.
Antonio Fernández Alba. Diario 16, jueves 5 de julio del 90.

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