Existe la escritura diurna que requiere de un orden, una
responsabilidad, una moral-se extiende el escritor en su
argumento- y hay una escritura nocturna en la que
encontramos el infierno, la cloaca de la existencia, de la
historia. Existe la angustia y podemos llegar a perder el
sentido de los valores. No cuenta la vida en sí, la vida se
fragmente donde solo vemos lo que ha quedado después
de una catástrofe. Creo que no debemos confundir los dos
momentos. Luego existe la escritura que nace de un
momento de absoluto desorden en el que el escritor se
enfrenta cara a cara con la medusa, con la insostenibilidad
de la vida. La vida como una inmensa ola del mar que
arrastra los restos del naufragio a la arena y sólo vemos los
restos. Debemos vivir ese momento de angustia, debemos
perder en algún momento el sentido de la continuidad, del
orden, de los valores, porque estamos frente a frente a un
momento insostenible. Hablando con Sábato hemos estado
de acuerdo en que hay una escritura diurna cercana al
orden y otra nocturna que habla de la cloaca de la
existencia de la historia. Nunca hay que confundirlos.
Claudio Magris en una entrevista de Eduardo Larrocha.
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